Influencia del movimiento estudiantil en la redefinición de subjetividades de universitarios chilenos primera generación y sus padres: Una revisión desde la modernidad reflexiva de Anthony Giddens1

Influence of student movement in the redefinition of subjectivities of first generation Chilean university students and their parents: A review from the reflexive modernity of Anthony Giddens

 

Fecha de recepción: 22 de noviembre de 2021/Fecha de aprobación: 17 de diciembre de 2021

 

Eugenio Fernando Lobo Fernández.2

 

Resumen

En el presente artículo, se realiza una investigación cualitativa analizando el discurso de 16 jóvenes chilenos estudiantes primera generación de su familia en ingresar a la universidad (EPG) indagando en la influencia que el movimiento estudiantil genera en la configuración de sus respectivas subjetividades.

La investigación muestra que los EPG forjan un camino solitario en el proceso de ingreso a la universidad, en el que deben redefinirse entre la narrativa de un pasado adverso y un presente esperanzador sujeto a muchas alternativas. El movimiento estudiantil a su vez, particularmente desde sus demandas en el Mayo feminista de 2018 y mediante su incidencia en el estallido social de 2019, ejerce una influencia en la subjetividad de los EPG quienes someten a crítica la naturalización de ciertos patrones patriarcales forjados en su pasado así como las adversidades que obstaculizaron su ingreso a la educación superior. Finalmente, la negociación intersubjetiva de los EPG con sus padres en torno al movimiento estudiantil se torna compleja y remueve en algunos casos las subjetividades de estos últimos.

En concordancia con la perspectiva sociológica de Anthony Giddens que ha trabajado las conformaciones de identidad en la modernidad reciente, se concluye que los EPG entrevistados se enfrentan a constantes replanteamientos de su subjetividad, proceso interpretado desde esta perspectiva teórica como revisiones autorreflexivas de su crónica del yo. En base a ello, se advierte en los EPG una tendencia a la autogestión de los proyectos de vida volcándose hacia el interior en la búsqueda de las orientaciones existenciales que antaño se buscaban de manera heteronormativa en la sociedad.

Palabras clave: Crónica del yo, Movimiento Estudiantil, Estudiantes Primera Generación, Inclusión, Giddens.

 

Abstract

In this article, a qualitative research is carried out analyzing the discourse of 16 young chilean students who are the first generation of their family to enter university (FGS), investigating the influence that the student movement generates in the configuration of their respective subjectivities.

Research shows that FGS forge a lonely path in the college admissions process, in with they must redefine themselves between the narrative of an adverse past and a hopeful present subject to many alternatives. The student movement in turn, particulary from its demands in the feminist May 2018 and this impact on the social outbreak of 2019, exerts an influence on the subjetivity of the FGS who criticize the adversities that hindered their entry into highter education, as well as their self-perception forged in the past. Finally, the intersubjetive negotiation of the FGS with their parents around the student movement becomes complex and in some casesredefines the biographical chronicles of the latter.

In accordance with the sociological perspective of Anthony Giddens, who has worked on identity conformations in recent modernity, it is concluded that the FGS interviewed faceconstant rethinking of their subjetivities, a process interpreted from this theorical perspective as self-reflexive revisions of their chronicle of the self. Based on this, a tendency to self-management of life projects is noted in the FGS, wich turns the search for existencial orientations that were once sought in a heteronormative way in society inward.

Keywords: Chonicle of the self, Student Movement, First Generation Student, Giddens.

 

Introducción y antecedentes

Los movimientos sociales han sido importantes portadores de la exigencia ciudadana hacia los Estados cuando estos son interpelados por la ciudadanía a posicionarse como garantes efectivos de derechos humanos políticos y sociales. En este sentido, los Movimientos Sociales se han consolidado actualmente como espacios de denuncia frente a las contradicciones surgidas entre ese imperativo ético-político y la hegemonía económica neoliberal de las últimas cinco décadas. (Castells, 2012; Diez García, 2019; Fjeld, Quintana & Tassin, 2016) En el caso de Chile, uno de los grupos en los que los movimientos sociales han encontrado mayor apoyo y donde más se han visto fortalecidos ha sido en el de los jóvenes universitarios. Es así como las Ciencias Sociales han seguido de cerca las dinámicas del movimiento estudiantil chileno en la última década en ámbitos tales como la evolución en los discursos que se han empleado como recursos de protesta (Sandoval & Carvallo, 2019) la posibilidad de darle al movimiento estudiantil nuevas lecturas desde las Ciencias Sociales (Fauré, 2018), el rol que ha tenido la Confederación de Estudiantes de Chile, (Mella, 2016) o el rol que en relación al movimiento han tenido internet y las redes sociales (Cárdenas, 2016). Por otra parte, si bien el movimiento estudiantil se ha caracterizado en la última década por dar contiendas referidas a aspectos propios de la Educación Superior, como lo es el acceso a la gratuidad universal, también ha sido un actor relevante en otras causas que movilizan luchas sociales que evidentemente lo trascienden tales como el feminismo o su incidencia en el alzamiento social chileno de 2019. Al respecto del movimiento feminista, si bien es cierto que la causa en el país data de mucho antes de que fuera asumida por jóvenes pertenecientes a la educación escolar y superior, no se puede comprender adecuadamente su desarrollo en Chile a partir el presente siglo si se le desliga de su matriz universitaria (Alvarez & Navarrete, 2019; Follegati, L. 2018). Esto cobra sentido en efecto, en el contexto del Mayo feminista de 2018, una ola de protestas que no obstante haber instalado de manera profunda la reflexión acerca de la opresión patriarcal en la sociedad chilena trascendiendo a las demandas del movimiento en las universidades, tuvo un indiscutido origen en la organización de las jóvenes activistas universitarias que decidieron destapar y denunciar con firmeza las situaciones de abuso y acoso sexual sufridas por parte de autoridades, docentes y compañeros en sus casas de estudio (Hiner, H.& Lopez Diezt, A. 2021; Dinamarca, Noack, C. & Trujillo-Cristoffanini, 2021). En el caso del estallido social o revuelta popular, es evidente que el descontento manifestado por la ciudadanía resultó darse a nivel sistémico y además, que la participación y demandas juveniles de las marchas durante finales del 2019 no se limitaron al segmento de jóvenes estudiantes universitarios (Rivera-Aguilera, G. Imas, M. & Jiménez-Díaz, L. 2021). Sin embargo, es difícil negar que el movimiento estudiantil en sus diversas luchas dadas desde el retorno a la democracia y particularmente iniciado el presente siglo con la revolución pinguina y las marchas de 2011, configura parte fundamental del contexto que fue politizando a la ciudadanía hasta culminar en el estallido de 2019 (Paredes, J.P.& Valenzuela Fuentes, K. 2020; Aranguez Muñoz, R., & Sanhueza Huenupi, L. 2021) fundamentalmente porque en sus luchas dadas en los últimos 15 años, los estudiantes movilizados estuvieron conscientes de que el origen del problema de la mercantilización de la educación, tenía raíces profundas y estructurales (Labarca, 2016). En suma, si bien el movimiento estudiantil en absoluto abarca la totalidad de los movimientos sociales como el feminista o a instancias como la revuelta de 2019, no se puede explicar adecuadamente el devenir de estos sin contemplar la variante universitaria. Al mismo tiempo, no es posible explicar cabalmente la historia reciente del movimiento estudiantil, sin contemplar hitos de tanta importancia como la ola feminista universitaria de 2018 o el posterior estallido social.

 

Movimiento estudiantil y EPG.

Los movimientos sociales no solamente generan interés investigativo por lo que denuncian y exigen sino también por los efectos que tienen sus demandas tanto desde su impacto a nivel sociocultural como por los logros directos que estas alcanzan a nivel político (Aguilar & Romanos, 2019; Álvarez-Benavides, 2019). Por consiguiente, ha resultado de gran relevancia estudiar los logros que el movimiento estudiantil chileno ha obtenido en materia de inclusión social universitaria, particularmente en lo que respecta a sus estrategias e incidencia en las reformas de educación superior llevadas a cabo en Chile durante la última década (Montero, 2018; Montero, Muñoz & Picazo, 2017). En base a dicho contexto, la puesta en marcha el año 2018 de la gratuidad universitaria para los seis primeros quintiles de la población talvez sea el triunfo político más significativo del movimiento estudiantil en la materia. Dentro de los jóvenes que se han beneficiado de ella, se encuentran los Estudiantes Primera Generación de su familia en cursar estudios superiores (EPG) que según su caracterización (Castillo & Cabezas, G. 2010) pertenecen mayoritariamente a los quintiles socioeconómicos en los que se focaliza la política pública. Mediante dicha incorporación se posibilitó, por tanto, que muchos jóvenes pudieran proyectar un futuro distinto al de sus padres quienes vieron como inalcanzable el poder convertirse en profesionales.

Conforme a lo anterior, las Ciencias Sociales y de la Educación han generado diversos estudios alrededor del mundo en los últimos 15 años frente a la masificación gradual del fenómeno de los EPG (Cataldi, Bennett & Chen, 2018; Guzmán Gómez, C. 2017; Jehangir, 2013; Jury, Smeding, Court & Darnon 2015; Linne, 2018). En el caso chileno, el ingreso de EPG a la educación superior ha implicado una diversificación de la población universitaria y por lo tanto una complejización en los significados que emanan acerca de lo que es cursar estudios superiores. Todo lo anterior ha motivado a estudiar las diversas temáticas que atraviesan a los EPG chilenos en distintos ámbitos tales como el nivel efectivo de capacidad de agencia que presentan para escoger adecuadamente universidades y carreras que los saquen de condiciones de vulnerabilidad (Jarpa-Arriagada & Rodríguez-Garcés, 2017) o las dinámicas de inclusión y exclusión con las que se encuentran en la comunidad universitaria (Leyton, Vásquez & Fuenzalida, 2012).

De particular importancia dentro de estos ámbitos que atraviesan a los EPG ha sido el relacionado a los impactos en sus dinámicas familiares. Quizás sea aquí donde las tensiones propias del proceso de transformación social que implica la inclusión universitaria cobren la mayor relevancia debido a la bifurcación en los caminos de vida que se genera entre los EPG y sus padres al momento en que aquellos siguen la enseñanza terciaria después de finalizar sus estudios escolares. Ese divorcio entre los EPG en relación a la biografía de sus padres y familiares cercanos provocará ambivalencias de sus familias frente a la situación de tener a un miembro en la universidad, generándose actitudes y conductas de admiración, alejamiento o rechazo (Flanagan & Borquez, 2017). Por otro lado, se generarán hacia los EPG elevadas expectativas de parte de sus padres, de tal manera que mientras aquellos están de a poco procesando un mundo nuevo que les hace replantearse muchas cosas, deberán al mismo tiempo lidiar con las presiones de sus progenitores acerca del futuro vinculadas al desclasamiento y la posibilidad de convertirse “en alguien” que ellos como generación anterior no pudieron ser (Soto Hernández, 2016).

 

Justificación de la problemática en el contexto sociológico del yo como proyecto reflexivo.

Comprender y aproximarse a las temáticas que atraviesan a los EPG no solamente es relevante para comprender el fenómeno en sí mismo sino que además es una forma de aproximarse a la comprensión de las tensiones que generan los grandes procesos de transformación social al estudiarse a un segmento de la población que a través de su ingreso a la educación superior, justamente vivencia dichos procesos como parte de su propia biografía. Partiendo de esta premisa, se sostendrá aquí el supuesto investigativo de que el movimiento estudiantil, descrito anteriormente como un espacio de demanda, promesa y logro de transformaciones sociales, gatillará un impacto en la subjetividad de los EPG, de por sí removida por el proceso de ingreso a la educación superior. Será un impacto en la subjetividad de los EPG no solo como individuos que viven los cambios propios de la etapa universitaria al modo de un proceso normal correspondiente su ciclo vital sino también como grupo que debido a su condición de beneficiados de la gratuidad lograda en las luchas sociales, experimenta en sus propias vivencias académicas, sociales y familiares, las consecuencias de las transformaciones sociales perseguidas por el movimiento estudiantil. Específicamente, serán jóvenes expuestos a constantes replanteamientos de su narrativa autobiográfica a causa de las vivencias que experimentan al incorporarse a la vida universitaria tomando contacto con el movimiento estudiantil y al tener que seguir al mismo tiempo, relacionándose en el hogar con la vida llevada previamente a esta nueva etapa. Este impacto en la subjetividad generaría redefiniciones del propio relato y de la crónica de vida. La idea del yo como crónica o proyecto autorreflexivo es definido por Giddens como el proceso por el que transita el individuo moderno mediante el cual “la persona debe encontrar su identidad entre las estrategias y opciones que le proporcionan los sistemas abstractos3”, (1993, p. 119). En este sentido, la información social a la que accede el individuo por diferentes vías está siempre haciéndolo replantearse su propia identidad lo que lo interpela a reflexionar constantemente en torno a ella y en consecuencia a modificarla producto del nuevo conocimiento que ha procesado. Es así como para Giddens “el proyecto reflejo del yo, consistente en el mantenimiento de una crónica biográfica coherente, si bien continuamente revisada, se lleva a cabo en el contexto de la elección múltiple filtrada por los sistemas abstractos” (1995, p.13). De esta manera, frente a la gran cantidad de información que recibe el individuo, los parámetros que brindan certezas y orientan la vida serán cada vez menos heteronormativos en el contexto de una modernidad actual en la que los referentes socioculturales se diluyen en una multiplicidad de posibilidades. Anthony Giddens va a entender la modernidad actual como modernidad reflexiva, es decir, una modernidad en la que el conocimiento se vuelca sobre sí mismo autoconfrontándose. Según el autor, el conocimiento que se genera actualmente para afrontar distintos temas y problemáticas sociales genera nuevas consecuencias y problemáticas frente a las cuales los productores sociales del conocimiento reflexionan arrojando en base a su reflexión nuevos hallazgos, esto es, nuevo conocimiento que generará a su vez nuevas consecuencias y problemáticas en una interminable cadena recursiva (Beck, Giddens y Lash, 1997, Giddens 2000).

Se considera entonces que los EPG como grupo que vivencia en su propia experiencia los procesos de transformación social y como segmento universitario en estrecho contacto con el movimiento estudiantil va a experimentar en sus dinámicas subjetivas importantes procesos autoreflexivos y de redefiniciones de su crónica del yo al modo aquí planteado. Esto cobra sentido además si se considera la denuncia del movimiento estudiantil a un orden social estructuralmente injusto que trasciende al ámbito educativo (Labarca, ibid. 2016) y cuyas consecuencias han sido directamente vivenciadas por los EPG y sus familias. Es así como las demandas estudiantiles se posicionan como un factor de influencia que complejiza aún más la subjetividad de los jóvenes que son primera generación de su familia en la Universidad. Particularmente relevante será esa influencia en aquellos que encontrándose en el ciclo inicial de sus estudios, tendrán sus primeros encuentros con la vida universitaria y con el movimiento y sus repertorios tradicionales de manifestación –,asambleas, pancartas, pasquines, paros, tomas, marchas, funas, pasacalles, etc.– así como con los nuevos repertorios aún más innovadores para penetrar en la subjetividad (Ganter, Vergara & Fuica, 2017). Será así como los EPG y sus familias deberán negociar intersubjetivamente los significados de lo que es ingresar a la universidad y también la posición que han de adoptar frente al movimiento estudiantil.

En base a lo expuesto, se propone la siguiente pregunta de investigación; ¿De qué maneras surgirían las redefiniciones de la crónica del yo en los EPG durante su proceso de ingreso a la universidad y cómo éstas se verían influenciadas por las demandas del movimiento estudiantil? Y a partir de ello surgen las siguientes interrogantes específicas: ¿Qué acontecimientos y circunstancias vinculados al proceso de ingreso a la universidad generan redefiniciones en la crónica del yo en los EPG? ¿Cuál es la influencia del movimiento estudiantil en las redefiniciones de la crónica del yo de jóvenes universitarios EPG? ¿De qué maneras esas redefiniciones influyen en la negociación intersubjetiva entre EPG y sus padres acerca de los significados atribuidos al movimiento estudiantil?

 

Metodología

Se llevó a cabo para este estudio un muestreo no probabilístico gestionándose la participación de los sujetos entrevistados mediante contactos con ONGs vinculadas a la educación superior, y redes con universidades. Al contactarse inicialmente a los entrevistados les fue transparentado de qué manera y a través de qué persona o institución se había logrado conseguir sus datos. La muestra estuvo compuesta por 8 hombres y 8 mujeres provenientes de 9 carreras distintas pertenecientes a las áreas de la salud, de las ciencias sociales y de la educación, y de las ciencias exactas. Los participantes provienen de nueve universidades, 3 de ellas estatales y 6 de ellas privadas, todos estudian en Santiago de Chile pese a que tres de ellos estudiaron primero en universidades de regiones, 13 estudian con gratuidad, 2 con becas y una con Crédito con aval del Estado, 15 de ellos se encontraban en segundo o tercer año de Universidad al momento de la entrevista y una de ellas en cuarto año. Se decidió no incluir a estudiantes que a la fecha de la investigación cursaran primer año debido a las particulares circunstancias en las que ingresaron a la Universidad (clases online) en el contexto de la emergencia sanitaria. De toda la muestra, 14 no tenían padres, tíos ni abuelos que hubieran asistido a la universidad, uno tenía a su madre con estudios superiores incompletos hasta primer año y uno de ellos sí tenía tíos profesionales. Las edades oscilaban entre los 19 y los 24 años, aunque dos de ellos con veintinueve años superaban esa edad. A continuación se expone la tabla de resumen:

Entrevistado

Edad

Sexo

Carrera

Universidad

Financiamiento

Observaciones

E1

19

F

Fonoaudiología

Privada 1

Gratuidad

S/O

E2

20

F

Psicología

Privada 2

Gratuidad

S/O

E3

21

F

Adm pública

Pública 1

Gratuidad

S/O

E4

19

M

Ing. Comercial

Privada 3

Beca universidad

S/O

E5

20

M

Enfermería

Privada 4

Beca universidad

S/O

E6

20

M

Ing comercial

Pública 2

Gratuidad

Se cambia desde universidad privada perteneciente al concejo rectores.

E7

29

M

Psicología

Privada 2

Gratuidad

S/O

E8

23

F

Psicología

Privada 5

Gratuidad

Estudia en regiones previamente

E9

24

M

Ing. Civil

Pública 2

Gratuidad

Estudia previamente en regiones./Algunos tíos asisten a la universidad

E10

20

F

Pedagogía

Privada 2

Gratuidad

S/O

E11

29

F

Psicología

Privada 6

Cae

Estudia previamente en regiones.

E12

20

F

Ing civil

Pública 3

Gratuidad

S/O

E13

21

F

Psicología

Privada 2

Gratuidad

S/O

E14

20

F

Ing comercal

Pública 3

Gratuidad

S/O

E15

21

M

Ing en recursos renovables

Pública 3

Gratuidad

S/O

E16

20

M

Contador auditor

Pública 3

Gratuidad

S/O

 

Dada la naturaleza cualitativa de la Investigación, se efectuaron entrevistas semi-estructuradas (Álvarez-Gavou J.L. , 2005) con cada sujeto muestral de una duración de entre 35 y 50 minutos. Las entrevistas se llevaron a cabo entre Septiembre y Noviembre de 2020 período de emergencia sanitaria debido a la pandemia por covid 19, razón por la cual se realizaron telemáticamente por la plataforma Google Meets, una vez recibida la respuesta por correo electrónico por parte de cada participante aprobando explícitamente el consentimiento informado que se envió previamente. Se procuró de manera particular en dicho consentimiento contemplar los aspectos presentes en el Artículo 15 referido a investigaciones del Código de ética del Colegio de Psicólogos de Chile (1999) así como el del colegio de Sociólogos de Chile (2021) que aluden al anonimato, la posibilidad de abandonar la entrevista si se deseaba, la transparencia en la finalidad de la investigación así como en la trayectoria profesional del investigador a cargo, información acerca del modo de tratamiento de los datos recabados y pretensiones de publicación o exposición del estudio.

Los datos arrojados en las entrevistas fueron interpretados a partir del análisis socio hermenéutico de discurso (Herzog y Ruiz, 2019). Desde esta perspectiva analítica, se ha buscado poder dar a los datos y temáticas propuestas una visión integral en la que al mismo tiempo de rescatar de los discursos las subjetividades en las que se enmarca teóricamente este estudio, se pudiera comprender el sentido de cada discurso en el contexto de la totalidad y en su relación dinámica con los ejes temáticos propuestos: “El enfoque sociohermenéutico se fundamenta en un análisis contextual donde los argumentos toman sentido en relación con los actores que los enuncian, enmarcados en un conjunto de fuerzas sociales que los originan, frecuentemente en conflicto” (ibíd., 2019, p. 101-102)

 

Resultados

Conforme a las preguntas de investigación planteadas, los resultados se han agrupado en tres ejes temáticos; “Un camino solitario”, “Darse cuenta y abrir los ojos”, y “Mis padres no entienden, debo explicarles.

 

Un camino solitario: Redefiniéndose entre el pasado, el presente y el futuro.

Para la mayoría de los entrevistados, el ser primera generación en la universidad es significado de manera ambivalente como un orgullo, como un sueño cumplido, pero al mismo tiempo como una fuerte presión que sienten desde sus padres o desde ellos mismos por no fallar en el proceso. Esta tensión sin embargo, no comienza al momento de iniciar sus estudios superiores sino desde antes durante la etapa escolar. Realidades propias de su entorno social, familiar y educacional les demandarán esforzarse por trazar un camino distinto al prefijado por sus circunstancias y en consecuencia, serán interpelados constantemente a una revisión de su crónica del yo en tanto buscadores de “algo distinto” a lo que su contexto les ofrece. En cierta medida, se encuentran desde la etapa escolar obligados a mirarse a sí mismos como “fuera de la norma” por aspirar a algo diferente a lo que su realidad les propone:

“De 107 personas que estábamos, solamente 15 personas entraron a la universidad, los demás… técnicos, a terminar lo que estábamos estudiando más que nada, la mayoría telecomunicaciones … y gastronomía, y listo… y eso, se empezaron a dedicar a eso, y después los veo… y estaban trabajando en supermercados y todo el tema, no continuaron estudiando, sinceramente eso, yo lo veo como un desaire”. (E.16)

“Porque de partida mi papá es como que nunca quiso que yo estudiara siempre como que aportar y ayudar en la casa” (E.11)

“Porque fácilmente yo…. Podría no haber estudiado, haber seguido trabajando y… nose po, por ejemplo yo, yo tengo el técnico en telecomunicaciones y varios compañeros siguieron con esa carrera y todo, pero…, yo quise mucho más, yo… yo quise mucho más y no me cansé, y traté de conseguirlo” (E.4)

El propio proceso de postulación a la universidad actualizará esa tensión entre el pasado que arrastra y el futuro esperanzador. Resulta interesante cómo esta tensión se incrementa toda vez que los entrevistados deben lidiar con la contradicción entre los obstáculos propios de sus orígenes y un presente que en cambio pareciera ofrecer múltiples posibilidades para informarse y poder escoger la mejor alternativa dentro de la vasta oferta en educación superior. Es así como el acceso a páginas de internet de universidades, carreras, mallas curriculares y beneficios socioeconómicos, la realización de preuniversitarios o el someterse a test para orientar la elección de carrera contribuyen a generar redefiniciones de la crónica del yo en las perspectivas vocacionales y en las expectativas venideras. En este proceso de redefiniciones, los jóvenes deben vivir una compleja y brusca transición desde un pasado de limitadas posibilidades hacia un presente que debido a las múltiples opciones disponibles pareciera ser de su total autoría y responsabilidad:

“Desde octavo básico hasta tercero medio yo iba a estudiar derecho, y en cuarto, junio o julio, decidí cambiar a pedagogía, entonces fue un cambio súper brusco, porque no sabía a lo que me iba a enfrentar, no sabía si iba a poder, eh… el peso de las buenas notas igual, por tema de por ejemplo, becas, quizás poder estudiar afuera, intercambio y todo eso, igual era como responsabilidad mía” (E.10)

“Empecé a investigar como lo podía hacer como yo había estudiado en un liceo técnico eh no tenía idea ni de física ni de química tenía que dar la psu en esas áreas, me acuerdo que entre en ese eh, en el Cepech, en un instituto o sea en un preuniversitario y empecé a ir a clases en un full intensivo de matemáticas, lenguaje, física y todo de todos los ramos. Ya en paralelo al trabajo hice esto del preuniversitario y ahí me empezaron a aplicar varios de esos test vocacionales, (…) algo relacionado a trabajo social pensaba en irme por esa área pero cuando me empezaron a aplicar los test empecé a ver como que tenía ciertas habilidades en el área de salud” (E.11)

Finalmente en cuanto a este eje temático, se podrá advertir en los entrevistados cómo el ingreso a sus carreras después de la postulación y ya como estudiantes, generará en sus vivencias procesos de vinculación académica y con la comunidad universitaria que implicaran redefiniciones de la crónica del yo frente al pasado que vuelve a la palestra producto de las circunstancias propias del proceso universitario. Lo que al parecer ocurre aquí es que los jóvenes se encuentran en un terreno complejo de “no pertenencia” en la medida en que como se describió antes, han tenido que autodefinirse desmarcándose de lo que su medio les proponía como camino de vida, pero al mismo tiempo se encuentran con que tampoco parecen calzar, al menos al inicio, con el nuevo mundo del que han escogido formar parte:

“Y otra fue por el ambiente que había igual en la Cato, sentía que era mucho pa´ mí por decirlo, porque pucha, yo vengo igual de una población que es súper mirada en menos, entonces el choque de sociedad se veía mucho dentro del campus y eso a mi… yo no entraba en su entorno, (…) a la vista ya uno cacha que es como otro ambiente (…) como que igual en la Cato se ve mucho que los que entran por plata o por las becas internas de la Cato se nota mucho la diferencia” (E.6)

Desde que se forja el sueño y la expectativa de llegar a la educación superior hasta que ingresan a ella, los jóvenes de nuestro estudio deben construir un proceso muchas veces solitario de hacerse camino al andar redefiniéndose entre su pasado su presente y su futuro. La influencia de los movimientos sociales y sus aspectos normativos intensificaran esas redefiniciones en los EPG. Se analizará en el siguiente apartado, el modo en el que el movimiento estudiantil será significado como aquello que abre los ojos frente a las adversidades históricas de la crónica del yo que ha sido configurada, ampliando las expectativas de un futuro prometedor.

 

Darse cuenta y abrir los ojos: Rabia por el pasado, esperanza en el futuro.

La mayoría de los entrevistados de este estudio accedió a la universidad por medio de la gratuidad universitaria. Varios de ellos aseguran que si no hubiera sido por este beneficio socioeconómico no hubieran podido ingresar a la educación superior debido a la imposibilidad de sus padres de acceder a salarios que les permitieran costearla. Es así como la influencia de las movilizaciones estudiantiles va a generar en ellos maneras ambivalentes de significar esta política pública oscilando entre el privilegio y el derecho de haber entrado a la universidad. Será la re significación desde el privilegio al derecho de estudiar la que hace que los jóvenes de este estudio adviertan aspectos importantes de sus proyectos de vida como posibilidad abierta y de propia responsabilidad de ser forjados:

“Yo también de chico pensaba… mucho en esa frase de que…. y siempre también la recalcan ellos y el entorno familiar, de las personas que tampoco pudieron estudiar… de que no tuvieron la suerte de estudiar, por no tener las posibilidades de hacerlo, eh… también en el entorno, donde ellos se desenvolvieron… no era la meta llegar a estudiar una carrera universitaria, entonces… claro ahora después de… de cambiar igual ese pensamiento en mí, empecé a verlo de que no po, uno no tiene que decir no tuve la suerte de estudiar, sino que yo… simplemente diría, no quise estudiar, porque tuve las oportunidades de hacerlo, y si no lo quise tomar fue por opción propia, pero, el hecho de ya no decir no tuve la suerte, porque… bueno, si estamos replanteando, con estas marchas es reformar la educación también, el hecho de que… no tuve la suerte, ya no sea una excusa más para no estudiar” (E.9)

Otro aspecto de particular importancia en cuanto a la influencia del movimiento estudiantil en las redefiniciones del yo y su crónica, fueron los replanteamientos a la propia identidad que generó la ola feminista de 2018, tema bastante más abordado por las jóvenes entrevistadas que por los varones. Fue interesante la recurrencia en distintas entrevistas, de la utilización del recurso metafórico de abrir los ojos frente a las injusticias y vulneraciones vividas por las mujeres. En efecto, el movimiento no solamente develó descontentos a nivel general sino también- y sobre todo- importantes revisiones de las entrevistadas de su crónica del yo reevaluando las concepciones de su pasado en temas de género contrastándolo con su presente y con sus perspectivas futuras:

“Me causa como no sé [ríe] por decir de una manera súper vaga a veces pienso como era antes, digo qué vergüenza la (su nombre) del pasado, horrible, porque a veces recuerdo que yo no apoyaba nada el feminismo, como que lo odiaba, odiaba el movimiento y como que mis compañeras me hacían entender que no era todo lo que salía en internet, era el movimiento, claro y cuando fui creciendo, cuando ya cuando me fui más a desarrollando más en los ramos (…) y ahora de por sí me declaro feminista cien por ciento [ríe] entonces como que, pero ya hay un trayecto muy, un trayecto que cambia mucho tu forma de pensar y tu forma de ser sobre todo en la universidad que te encontrai con otros proyectos, entonces te empieza como a chocar o te empieza como a hacer clic esta diferencia de opiniones y vas desarrollando nuevos pensamientos hacia tu propia persona” (E.13)

“Entonces como que igual me produjo pena, rabia, esto del feminismo también me marcó harto porque yo vengo de una familia bien machista. Yo ahora me doy cuenta con lo del movimiento, porque antes era ciega, pero si me doy cuenta de que por ejemplo yo cuando recién empecé con el movimiento feminista yo me consideraba que no era feminista, que no participaba en el feminismo pero claro después me fui dando cuenta de lo mismo de las asambleas que empezaban a preguntar quien se sentía acosada, a quién no le ha pasado esto, en realidad a todas nos ha pasado entonces es fuerte darse cuenta” (E.11)

En esta misma línea, la participación de los jóvenes entrevistados en las manifestaciones estudiantiles que se sumaron al estallido Social de Octubre de 2019, los hizo también revisar su crónica del yo, reflexionando acerca de sus propios procesos e historias de vida. La tensión que los hace debatirse entre su pasado y su presente abordada en el primer eje temático cobra aquí una particular relevancia. Es así como la reflexión crítica a la que son interpelados por la movilización social los hace desnaturalizar las dificultades vividas para llegar a la educación superior. Esto hace emerger diversos sentimientos en los entrevistados como la rabia, o actitudes de autoidulgencia frente a las experiencias pasadas:

“Al menos como te digo teníamos los mismos problemas… y como te digo, cuando yo iba a las marchas, estábamos como… era como que…. parte como…. (suspiro).... puta…. da rabia, era como que loco sabi que tengo rabia, por esto, porque chuta yo, lo vi cuando era chico… y lo veo ahora… y me da rabia cachai y… es un cambio, como de la forma de ser, como de la mentalidad de ver las cosas…. era como, de como se llama, de… replantearse las ideas que tu teniai cuando erai chico” (E.15)

“Eh si yo creo que deja de ser eso y como persona igual empieza a como entenderse más, a perdonarse más, a darse cuenta de que te tocó lo que te tocó nomas po de que no te tocó nacer en una cuna de oro digamos porque no nomas po que le vay a hacer y teni que entender que no, que el movimiento social en especifico de que no fuiste como tú solo, no fue como por culpa tuya y hay algo más grande que implica la trascendencia de las malas decisiones o no que podáis tomar que hay una cosa que envuelve todo eso, que ellos no pueden solos con eso” (E.8)

En el siguiente apartado se analizará cómo los jóvenes EPG negocian con sus padres los significados al movimiento estudiantil aquí descritos. Aspectos importantes vistos en el primer eje temático y en éste cobrarán particular importancia en dicho proceso intersubjetivo.

 

 

Mis padres no entienden, debo explicarles: Caminando todos juntos a un futuro incierto.

Al respecto de este eje temático, conviene partir haciendo alusión a los miedos que para los padres vuelven a revivirse en el contexto de las manifestaciones y de la agitación social. En varios de ellos hay una particular aprensión por la participación de sus hijos en marchas o tomas pues reviven los traumas de la dictadura militar chilena. Hay que considerar además que la represión militar y policial de ese período fue particularmente dura en los sectores populares, de los cuales provienen una parte importante de los progenitores de los entrevistados:

“Sí, yo quería retomar el punto en que yo dije o sea nuestros papás y abuelos tienen miedo, mi mamá decía no, te van a llevar los Carabineros y no vas a llegar a la casa o vas a llegar toda morada llena de palos, entonces eh tenían ese miedo de que va pasar lo del 73 cuando o sea yo si sé lo que pasó en el 73. O sea se lo que pasó con mi familia que los sacaban a las tres de la mañana a una cancha desnudos estando ahí hasta el otro día, se que les pegaban que entraban a la casa sin permiso, había toque de queda, entonces cuando dijeron que hay toque de queda para la región metropolitana por el estallido social mi tata decía “van a salir los milicos y nos van a matar” (E.1)

Además de los traumas relativos a la represión durante el régimen, la alusión a la perspectiva histórica del período dictatorial debe considerarse desde sus huellas dejadas en un sentido aún más profundo en el caso de este estudio. El contexto cívico carente de estado de derecho impidió en estos padres el encuentro de espacios democráticos para el ejercicio ciudadano del diálogo social y el sano debate. En el plano socioeconómico, vivieron su juventud en un Chile de una pobreza cuantitativa y cualitativamente más dura que la actual, viéndose obligados varios de ellos a desenvolverse desde dinámicas de una desesperanza aprendida (Seligman, 1983) contrapuestas a las expectativas del futuro y exigencias sociales de sus hijos analizadas previamente. En el plano sociocultural, crecieron en un mundo y en un Chile muchísimo menos globalizado, donde el salto cualitativo que ha generado internet en las maneras de relacionarse e informarse se produciría varios años después. A lo anterior debe agregarse el que los EPG han ingresado a un entorno educativo que les otorga un roce intelectual y social del que sus padres han sido privados, y el hecho de que varios de los entrevistados ponen en el éxito de los movimientos sociales-y no en la capacidad de solvencia de sus progenitores- la esperanza de que sus hermanos y familiares menores puedan ingresar a la universidad en el futuro. En suma, se advierte una brecha generacional significativa y además una dificultad para redefinir el rol parental en las actuales circunstancias:

“Entonces y ellos igual a veces se sienten culpables porque uno siempre tiene que tener un ejemplo al cual seguir y ellos como que no se ven el ejemplo de que hay que estudiar como ellos, sino que dicen: tú no tienes que ser como yo, tú no tienes que quedarte donde yo me quedé” (E.1)

La negociación intersubjetiva de los significados atribuidos a temáticas de género a propósito del feminismo dentro del movimiento estudiantil, se torna compleja en el contexto de todo lo aquí descrito:

“Y el asunto del aborto es como que les toco la hebra más sensible de su cuerpo, porque para ellos estoy asesinando y soy una sangre fría cuando [ríe] yo sé que no es así, entonces es como, ah… tratan de criticar el movimiento, pero no se dan el tiempo de entenderlo y siguen pensando de una forma machista, (…) como que siento que con cada persona por lo menos como amigos de la familia que he podido hablar que tiene como educación en la enseñanza superior, tienen este punto crítico que es como que se paran y pueden analizar otro punto de vista (…) que quizás por eso choco con mi papás, porque quizás ellos no tuvieron la instancia de tener la oportunidad de ponerse en este punto crítico” (E.13)

En otros casos, se logran dar entre los entrevistados y sus padres, ciertas dinámicas de diálogo y encuentro. Lo que en ellas pareciera emerger no es tanto un punto de equilibrio entre la concepción de los padres y la de sus hijos, sino más bien una situación en la que los hijos explican y enseñan a los padres lo que está pasando con el tema de las demandas sociales, invitándoles a ampliar su perspectiva y a desconfiar de ciertas fuentes informativas. De algún modo, los padres pasan de “formadores a formados” por sus hijos que parecen entender mejor los cambios de la sociedad actual:

“Pero ya a mi mamá yo podía explicarle todo lo que sea, ya mamá es justo lo que piden, mira nosotros nos sacamos la cresta estudiando, trabajando para poder pagar, y a lo mejor ellos no tienen esa posibilidad po…” (E.11)

“… también les explicaba a ellos ciertas situaciones, le mostraba también algunos videos de Instagram donde eran videos, claros reales, no eran manipulados y… eran lo que la tele no mostraba… y de a poco también se fueron dando cuenta de que no era tan cómo te lo pintaba la tele” (E.9)

De este modo, las redefiniciones que la experiencia de la universidad y el movimiento estudiantil gatillan en los EPG, generan una praxis intersubjetiva en base a la cual en la medida en que sus padres van “aprendiendo” se produce en algunos de estos un proceso autoreflexivo en el que parecieran someter a revisión sus propias crónicas del yo, lo cual según observan algunos de los entrevistados, pareciera hacerse extensivo a otras personas de las generaciones precedentes:

“Después empecé a entender bien que era porqué era y todo el asunto, entonces como que mi mamá entendió y ahora va a la marcha feminista” (E.8)

“La última marcha que se hizo de mujeres, eh… fue súper linda y estaba lleno de gente (…) había mucha gente adultas mayores y eso a mí de verdad es como súper emocionante porque es gente que tiene…como que vivió dentro de un ciclo donde había mucha violencia de género” (E.2)

“Veo que ha habido un cambio en mi familia, me doy cuenta también de que ellos pueden aprender mucho de mí, por ejemplo, mi mamá también ha pensado quizás en armar un colegio, estudiar pedagogía, entonces me doy cuenta de todo ese cambio que se va generando, es como un, como una cadena de dominó (¿Crees que la has inspirado a tu mamá en ese sentido?) Si, ella me lo ha dicho, que le gustaría mucho crear su propia escuela o colegio” (E.10)

Padres e hijos parecen peregrinar por terrenos inciertos hacia la esperanza de un mejor porvenir en el contexto de un mundo donde los parámetros y roles parento-filiales tradicionales se diluyen. Tanto las antiguas como las nuevas generaciones se encuentran en la misma condición de “aprendices” de lo que implica vivir en una modernidad cambiante lidiando con los aspectos paradojales de una sociedad que lleva el progreso y la prosperidad aparejados con la incertidumbre. Los criterios y certezas a los cuales aferrarse en este escenario para poder lidiar con los desafíos del presente y del futuro van mermando y como se dijo en la primera parte, desde el inicio los jóvenes se van haciendo camino al andar en un tránsito existencial a ratos solitario y en el que la medida de estar “haciéndolo bien” pareciera no provenir de otro lugar que no sean ellos mismos en el ejercicio de la autorevisión constante de su crónica del yo. Es en este contexto en que la alusión a la autogestión del proyecto académico y la búsqueda de la propia felicidad será fundamental como norte o parámetro para seguir adelante:

“Reafirmar que todo esto del asunto de ser primeriza en la enseñanza superior si es un reto bastante grande, porque tratas al principio de cumplir todas las expectativas posibles pero después te vas dando cuenta en el camino, que las expectativas que debes cumplir son las tuyas”. (E.13)

“Yo considero que lo más importante es ser feliz yo, con lo que estoy haciendo, con lo que hago y si bien agradezco mucho todo lo que mi familia y todo lo que me han apoyado, han hecho por mí, considero que lo más importante soy yo y creo que eso también me ha servido para darme cuenta que quizás en un principio, mi principal motivación quizás de haber entrado a la universidad, era también por el hecho de que como le comenté siempre me habían inculcado el hecho de había que estudiar, como para ser alguien en la vida (…) entonces como que dentro de eso y por eso le decía como que siento que mi visión ha cambiado mucho desde cuando yo tenía 18 años” (E.2)

 

Conclusiones y reflexión

Se ha podido advertir en el transcurso del presente estudio, el modo en el que los jóvenes EPG van generando cambios en la configuración de sus subjetividades en distintos momentos aquí analizados a saber; el transcurso del proceso de ingreso a la Educación Superior, los primeros encuentros que tienen con la vida universitaria, el contacto que toman con el movimiento estudiantil y la negociación que hacen con sus padres en torno a los significados del movimiento y sus luchas. En el marco del presente estudio, esas reconfiguraciones de la subjetividad han sido interpretadas como cambios en la crónica del yo que los EPG llevan a cabo producto de procesos autoreflexivos que se gatillan en la medida en que van recibiendo múltiple información, posibilidades, experiencias y perspectivas. Es así como, en la etapa de forjar el proyecto de ingreso a la universidad, se ven inmersos en un proceso brusco que los hace saltar de un medio poco incentivador de la movilidad social a un mundo físico y virtual que les ofrece un abanico de alternativas en materia universitaria y autoconocimiento vocacional. En este caso, la autoreflexión mediante la cual revisan su crónica del yo, les interpela a la modificación de una narrativa sustentada en el determinismo de un entorno socioeconómico desfavorable a asumir la nueva narrativa de la autonomía y responsabilidad, una narrativa en todo caso, no exenta de ambivalencias cuando ciertas vivencias del mundo universitario les recuerdan las dificultades de sus orígenes. Posteriormente, el contacto con el movimiento estudiantil les interpela a otra revisión de su crónica del yo, toda vez que deben nuevamente reflexionar en algunas narrativas arraigadas tales como el percibirse privilegiados por ingresar a la educación superior, el haber mirado con recelo la causa feminista y el haber naturalizado las condiciones estructurales sistémicas en las que se vivió antes del estallido social. Su contacto con el movimiento estudiantil los hace reformular la crónica autobiográfica, entendiendo ahora la educación superior como derecho ganado en las calles, el feminismo como aquello que ha permitido abrir los ojos frente a los atropellos del sistema patriarcal (que en las jóvenes del estudio se traduce a mirar las vulneraciones a las que fueron sometidas en el pasado) y el estallido social como posibilidad de autoingulgencia frente a las condiciones adversas de vida que fueron por tanto tiempo normalizadas. Por otro lado, todo este proceso de autoreflexión, revisión y reformulación de la crónica del yo, se ve confrontado a la subjetividad de sus propios progenitores. En algunos casos, el choque de posturas resulta complejo y conflictivo, y los EPG parecen advertir una imposibilidad de que sus padres comprendan la legitimidad e importancia de los cambios sociales (y los cambios en ellos mismos). En otros casos, se da una suerte de “cambio de roles” en el que los EPG se instalan como quienes instruyen a sus progenitores en las transformaciones sociales que están aconteciendo. Esto último gatilla procesos autoreflexivos y de revisiones de la crónica del Yo en los propios padres de los EPG. Finalmente, todo este proceso deviene en que los EPG vayan generando un camino en base al cual pareciera ser el proceso autoreflexivo y la constante revisión de la crónica del yo, el único parámetro sólido en base al cual se puede tener certeza de estar “haciendo las cosas bien”. Esto último se muestra en concordancia con un proceso autoreflexivo que según lo describe Giddens, implica fidelidad con uno mismo, persiguiendo ante todo la autencicidad en la vivencia y construcción de dicho proyecto (Ibid, 1995). Por otra parte, el proceso descrito, da cuenta de un devenir existencial que los EPG son interpelados a construir con mucha información y alternativas, pero con muy pocas certezas. Desde esta perspectiva, Ulrich Beck tomará la idea de Giddens para referirse en la misma línea al concepto de “individualización” como un proceso que inevitablemente ha de recorrer el individuo moderno de tal forma que “la biografía estándar se convierte en una biografía de elección, una «biografía hágalo-us-ted-mismo»” (1997, p.29-30). Desde estas subjetividades autogestionadas, hace sentido que las luchas sociales como las del movimiento estudiantil chileno deban comprenderse en el contexto de una sociedad latinoamericana en la que “las luchas colectivas se orientan cada vez más claramente a la producción de derechos individuales” (Arujo & Martuccelli, 2019 p.17).

Como fue señalado al inicio, aproximarse como aquí se intentó hacer, a las subjetividades de un grupo como los EPG posibilita comprender un poco más las tensiones que se generan con los grandes procesos de transformación social al poder observarse esos procesos desde una población que precisamente los vivencia. Por lo general, las ciencias sociales han tendido a estudiar la producción de subjetividades en la actualidad a partir de cómo estas son forjadas desde y por la actual hegemonía neoliberal, más que como las resultantes de la tensión entre la continuidad hegemónica y el cambio. Así, la lectura que se ha dado desde diversas investigaciones, es la de un sujeto que en medio del individualismo y frente a la imposibilidad estructural de pensar una sociedad distinta, se vuelve un autogestionado, un “empresario de sí mismo” (Artiaga, Fernández & Serrano, A. 2012; Candil Moreno, 2020; Crespo & Serrano 2012; Crespo, Serrano Pascual & Suarez, 2011; Chul-Han, 2012; Muriel, 2018; López Calle, 2019, Revilla, & Blázquez Martín, 2021) A la luz de lo aquí mostrado, cabría preguntarse si acaso la producción de subjetividades “autogestionadas” no tuviera que ver, en algún grado por lo menos, no (solamente) con la hegemonía individualista neoliberal sino con los cambios en la crónica del yo que producen precisamente, los grandes procesos sociales contrahegemónicos de transformación como en este caso resulta ser el ingreso a la Universidad de EPG y la influencia que reciben del movimiento estudiantil. En efecto, si los movimientos sociales son productores de subjetividades, mas nunca dueños de ellas ni de su devenir ¿no resulta entonces de la mayor importancia para las Ciencias Sociales estudiar lo que está ocurriendo en aquella caja negra interior “mientras” se está gestando la lucha colectiva hacia una sociedad más justa y solidaria? Así, en el incierto caminar hacia esas grandes transformaciones, no debe dejar de considerarse la posibilidad, el “riesgo” desde la perspectiva de Beck (2006) o las “consecuencias no previstas” desde la mirada de Giddens (ibid , 1993) de que antes de llegar a la tierra prometida del proyecto moderno, se deba transitar por caminos insospechados y a veces contradictorios. Valdría en este sentido, recordar a Marshall Berman cuando afirma que ser modernos es “encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos” (1982, p.1)

Se torna necesario hacer mención finalmente a las implicancias que el propio proceso de esta investigación dejó de manifiesto a propósito de sus hallazgos. El contexto de pandemia obligó a realizar entrevistas telemáticas que conllevaron una interacción virtual jamás pensada décadas anteriores entre investigador e investigados. Evidentemente, esto debe considerarse una limitación frente a la imposibilidad de haber podido generar una mejor aproximación al contexto físico de las personas entrevistadas, a su lenguaje no verbal y a toda aquella aproximación humana que permite la interacción presencial. Sin embargo, mediante las conversaciones telemáticas, se tuvo acceso a los entornos íntimos de jóvenes de los primeros quintiles socioeconómicos, muchos de ellos poseedores de computadores personales y conexión local a internet, graficándose con ello la abismal diferencia en condiciones si nos transportamos al contexto de sus padres a la misma edad. La vertiginosidad de los cambios sociales y tecnológicos que el contexto de emergencia sanitaria aceleró, nos devela un mundo que sorprende y en el que todas las generaciones nos tornamos aprendices. Por otra parte, el espacio de diálogo en las entrevistas efectuadas alimenta ciertamente en los sujetos muestrales el proceso autoreflexivo que el propio estudio pretendía describir, pero al que inevitablemente contribuye como evidencia de una compleja modernidad reflexiva cuya praxis estamos constantemente reproduciendo.

 

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1 Agradecimientos a la Fundación Portas por colaboración en este estudio.

2 Psicólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Ética Social y Desarrollo Humano, Universidad Alberto Hurtado. Máster en Psicología Social, Universidad Complutense de Madrid. Estudiante de Doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual, Universidad Andrés Bello. Correo electrónico: eelobo@gmail.com

3 Para Giddens, los sistemas abstractos se conforman por una parte por lo que él denomina como las señales simbólicas, tales como el dinero, y lo que denomina como sistemas expertos, básicamente, el conjunto de conocimientos técnicos presentes en los diferentes ámbitos de la sociedad moderna (ibid, 1995)